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Sequía y precios

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"El simple mecanismo de los precios hace el mismo trabajo de manera más rápida, barata y eficiente."— Thomas Sowell

Este 12 de junio el gobernador demócrata de California, Jerry Brown, anunció restricciones al uso de agua de agricultores con derechos que se remontan a 1903. El también demócrata Barack Obama, presidente de Estados Unidos, lanzó un subsidio de 110 millones de dólares a estados que sufren de sequía. Son respuestas típicas de políticos que no entienden cómo funciona la economía o que buscan beneficiarse del sufrimiento de los demás.

La primera tentación de un político ante una crisis económica o natural (y la actual tiene de ambas) es microadministrar el bien escaso. El gobernador Brown lo hizo en abril cuando anunció restricciones al uso de agua por consumidores y ahora que incluye también a agricultores. Lo hace también el presidente Obama al anunciar un subsidio. Ninguno entiende que sin un sistema de precios realistas el problema no se resolverá.

Esta no es la primera vez que California sufre sequía. El sur del estado pertenece a una región semiárida con zonas desérticas. La actual sequía es muy intensa, pero la escasez de agua es endémica. Las políticas gubernamentales han agravado el problema durante décadas.

Los políticos buscan por instinto soluciones que no solucionan, pero que los hacen aparecer preocupados. El gobierno californiano ha establecido restricciones superficiales sin tomar medidas esenciales. Ha prohibido, por ejemplo, poner un vaso de agua en la mesa de un restaurante si el cliente no lo solicita, lo cual tiene una incidencia cero en la escasez. Por el contrario, ha mantenido enormes subsidios al agua de agricultores que representan el 80 por ciento del consumo. El racionamiento original anunciado por el gobernador Brown el 1º de abril estaba destinado al fracaso. Así lo señalé en mi artículo del 3 de abril "Racionar el agua". No había posibilidad de éxito porque el riego de jardines o el consumo en restaurantes son una parte muy pequeña del problema. Además, el racionamiento es un sistema muy ineficiente de reducir el consumo de cualquier producto. La razón por la cual los restaurantes no colocan una copa de vino o un plato de abulón como cortesía en la mesa de todos los comensales es el precio. El agua, a pesar de su valor intrínseco y escasez, sigue siendo muy barata. Por eso se desperdicia.

Hay dos formas de establecer un precio realista del agua. La primera es tener derechos claros de propiedad. Esto ocurriría si el agua se considerara siempre propiedad del dueño del terreno en que se encuentra. El problema es que los depósitos o cursos de agua no coinciden con la propiedad de la tierra. Un pozo en mi terreno puede extraer agua de un manto que se extienda a otros predios. Si yo desvío el agua del río, dejo sin líquido a mis vecinos. Por eso muchos defienden el agua como bien público. En principio no debería ser malo, pero lo es cuando el gobierno la regala a algunos y la cobra de manera insuficiente a otros.

Con un sistema de precios realistas la escasez tiende a desaparecer. Esto ha pasado con el petróleo, cuyo incremento de precios produjo avances tecnológicos, mayor extracción y mayor eficiencia en el consumo. Lo peor que puede hacer un gobierno en caso de escasez es establecer un régimen de racionamiento como Brown o subsidiar el problema como Obama.

La enorme producción agrícola de la árida California sólo es posible por un sistema de precios irreales que desperdicia el agua. Hay quien dice que no es posible tocar la producción agrícola del estado. Quizá, pero así se condena a los californianos a la escasez permanente. Y cuidado porque en México también tenemos producción agrícola en regiones áridas que sólo es posible con un precio irreal del agua.

Hoy es lunes de quincena y nos daremos cuenta del futuro de la CNTE. Si se paga la quincena de manera normal, a pesar de que los maestros no han trabajado, el gobierno seguirá subsidiando el movimiento y asegurando que se mantenga de manera indefinida.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate agua, precios, problema, escasez

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