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Fratelli: ayuda a desplazados por la guerra en Siria

El duranguense lasallista Andrés Porras y el español, marista, Miquel Cubeles, se encuentran en Beirut, Libano, donde, mediante el proyecto Fratelli, buscan apoyar a los refugiados y desplazados de la guerra.

Fratelli: ayuda a desplazados por la guerra en Siria

Fratelli: ayuda a desplazados por la guerra en Siria

Dinora G. SOLÍS

La inquietud en los capítulos generales de las congregaciones Marista y Lasallista, que buscaban acciones para atender al llamado del Papa Francisco de ir a las “fronteras”, no sólo físicas, si no existenciales y ayudar a las personas con mayor necesidad, motivó a que surgiera “Fratelli”.

Aunque en muchas partes del mundo, hay necesidades, la realidad es que, ante el fenómeno de la guerra de Siria y la gran cantidad de refugiados y desplazados, había mucho trabajo que hacer en la frontera del Líbano.

Así, este proyecto, juntó al duranguense lasallista, Andrés Porras Gutiérrez y al marista de origen español, Miquel Cubeles Bielsa en Beirut, Líbano.

No ha sido fácil. Principalmente por la barrera del idioma. Sin embargo, existe un idioma universal que es igual o más efectivo: el amor.

En entrevista para El Siglo de Durango, vía internet, el hermano Andrés Porras detalló que con Fratelli “queremos ir a las periferias donde la vida humana es más vulnerable, donde desde el Evangelio hagamos realidad el don de la fraternidad, de la acogida de la diversidad, del amor mutuo. En el Líbano queremos ser hermanos para los niños y jóvenes”. Sin embargo, los iraquíes y los propios libaneses, también son parte de su misión”.

El duranguense llegó apenas el 1 de septiembre y Miquel el 3 de septiembre y desde entonces, se han consagrado en este proyecto de las dos congregaciones religiosas. “Creemos y confiamos que Dios nos pide estar aquí para hacer lo que Él quiere y nos pide. Por lo tanto es importante tener claro que la obra no es nuestra sino de Él”, añadió Andrés.

Comenzar un plan fuera de su zona de confort, no es fácil, ni rápido. Sin embargo, en tan sólo dos meses, ya han tenido contacto con las comunidades educativas maristas y lasallistas en el Líbano.

De igual manera, han visitado instituciones en Jordania y Líbano que trabajan directamente con refugiados como Cáritas, escuelas que reciben niños y jóvenes refugiados, y otras instituciones y ONG que trabajan en el mismo ámbito. También se han acercado con autoridades civiles y religiosas del lugar, por lo que visitaron al Director General de Educación, a la responsable en el Ministerio de Asuntos Sociales y Refugiados, además de obispos.

Ambos hermanos destacaron que se encuentran en una etapa de conocer, ver, escuchar y reflexionar la realidad para poder dar pasos sólidos sobre a quiénes pueden ayudar.

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LOS OBSTÁCULOS

Andrés destacó que hay muchos retos como el construir comunidad, organizar la Asociación Fratelli y desarrollar el Proyecto.

Si la situación de los refugiados es por sí misma complicada, Andrés y Miquel, deben enfrentar otras situaciones como la barrera del idioma y la cultura a fondo.

Pero tienen claro que: “el amor, es decir, el del Evangelio es más fuerte”. “Una sonrisa, una broma, un juego, un saludo cálido… todo mundo lo entiende y agradece. Desde ahí, un misionero puede ser signo de esperanza y alegría en momentos concretos del día de una persona que sufre o que no es escuchada”.

Motivados por la palabra de Jesús, estos hermanos misioneros, se han insertado en una ciudad de la periferia de Beirut, viviendo en comunidad donde comparten las angustias y las esperanzas de las personas que viven el drama del desplazamiento a causa de la guerra.

En el Líbano hay un millón y medio de refugiados; más de 400 mil son niños y jóvenes. Por eso, su labor grande. “El punto de partida son nuestros destinatarios, sabiendo que solamente podremos aportar nuestro granito de arena. Queremos acercamos a los niños desde una actitud evangélica, sabiéndonos llamados y enviados por Jesús de Nazaret”, reitera Miquel.

Originario de Zaragoza, España, Miquel dice que desde que recibió la invitación al proyecto, dejó de lado los miedos y excusas. “No soy un inconsciente; me fio de Dios que es quien toma la iniciativa. No estaré sólo. Es un proyecto común de Hermanos abierto a otros Hermanos y a todos aquellos que creen en la fuerza de la fraternidad para mejorar un poquito este mundo”.

RELIGIÓN, POLÍTICA Y MARCO HISTÓRICO

Entre las muchas dificultades, los hermanos hacen énfasis en el idioma, ya que en dos meses no han aprendido todavía el árabe. Pero, tal vez, lo más complejo a lo que se han enfrentado es la realidad cultural, religiosa, política y social del país.

Además de la situación del flujo de migrantes, Líbano tiene sus propios problemas, lo que hará que tal vez el crear el proyecto se tarde un poco. “La realidad es compleja y tenemos que escuchar, ver y callar mucho al principio, por lo que la respuesta y acción profunda no será rápida ni a corto plazo”.

También se deben enfrentar a la religión, ya que tan sólo dentro de los cristianos, hay al menos 14 confesiones, entre católicos (latinos, maronitas, griegos, armenios, siriacos, coptos y caldeos) y ortodoxos (griegos, armenios, siriacos, coptos y asirios), cada uno con su obispo y sus diócesis.

A esto se suma la presencia, menor, de otras iglesias cristianas (evangelistas, mormones, etc.). En relación a los musulmanes hay al menos cinco grupos: sunníes, chiitas, drusos, alauitas e ismaelitas.

En cuestión política: “llama la atención que lleven un año y medio sin presidente o que no se pongan de acuerdo para algo tan elemental como la recolección de basura. Hay manifestaciones y protestas pero parece que nada cambia”.

Por otro lado, está todavía muy presente en el pueblo, la ocupación Siria en el Líbano ocurrida hace pocos años. Por lo que el hecho de ayudar a gente siria no es bien vista por todos, aún dentro de los cristianos, por cuestiones afectivas de familiares cercanos que fueron afectados.

Está por el otro lado la ruptura con Israel, también por la guerra reciente, que hace que las fronteras con ese país estén cerradas.

Pero están seguros que sí se puede hacer mucho. “Dios nos ha enviado y Él necesita decirles que está con ellos, que los ama... No estamos solos, vamos de la mano de Cristo y con un gran equipo que nos apoya aquí y en otras partes del mundo con su oración, ayuda material o asesoría”.

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UNA LUZ ENTRE TANTAS SOMBRAS

Los dos hermanos viven en un pequeño apartamento en una ciudad llamada Bourj Hammoud, en la periferia de Beirut. El barrio que se llama Nabaa es muy sencillo y acoge a gran diversidad de desplazados de distintos orígenes y confesiones.

Andrés Porras relata que sus calles son un hervidero de gente, llenas de niños y niñas. Pero eso les permite estar en contacto con todos ellos y ver la posibilidad para implantar su proyecto.

Explican que actualmente están comenzando trámites para buscar padrinos en todo el mundo que contribuyan con la educación de niños que viven en Líbano que no pueden estudiar.

Se apoyan de las Campañas de sus ONG lasallista (PROYDE) y marista (SED), además de otras organizaciones y personas particulares que otorgan donativos desde cualquier parte del mundo.

“Pero nuestro principal recurso de apoyo no es el dinero, ni las cosas materiales… es el mismo Dios que queremos que se haga presente en la gente que no lo conoce o no se da cuenta de su presencia amorosa aún en medio de los problemas”, reitera Porras.

Con tristeza, Andrés reconoce que: “Hemos encontrado niños y niñas, en su mayoría sirios que han huido de la guerra, que viven en la calle, manejados por un’Big Brother’ que los explota para sacar dinero. Trabajan de 7:00 am. a 7:00 pm. pidiendo dinero y si no consiguen entre 30 y 40 dólares por día, no comen y los dejan fuera de ‘casa’. Sonríen, pero con un sufrimiento interno por tener que huir de la guerra; dolor que se prolonga todo los días, al tener que vivir de la limosna”.

Para estos hermanos, la situación es indignante. Andrés recuerda que cuando llegaron, los niños se asustaron y salieron corriendo. Cuando vieron que traían jugos y chocolates regresaron. “Sin embargo, vemos como el ‘Big Brother’ los vigila para que no escapen y trabajen como él quiere. Hay mujeres que piden dinero con un niño en brazos, pero muchas veces no es su hijo, lo han robado, y para que no dé problemas al estar trabajando, lo drogan para que duerma.

Hay mafias y estructuras muy arraigadas que permiten esto y no será fácil cambiarlo, pero es posible, con la ayuda de Dios. Esta realidad que nos indigna profundamente, se vive no sólo en Líbano, sino en casi todo el mundo”.

¿Qué opinan de las muertes que ha dejado el conflicto de Siria?

“El dolor y los destrozos que provoca no sólo en el presente sino en las décadas siguientes, son devastadores. Se pierden generaciones, se destruyen ciudades enteras, se pisotean los derechos y los sueños de miles de personas… Ante esto, el principal y más efectivo remedio, aunque no el más rápido, es el de oración. La oración por la conversión de estas personas: de los dirigentes políticos que propician estas guerras, de los que están en el combate, pero también de los indiferentes, en el que entramos la mayoría de la población mundial”, opinó Andrés Porras.

“Ha coincidido nuestra estancia aquí, con todo el éxodo de miles de refugiados hacia Europa y el impacto mediático ha sido tremendo.

Indigna saber que no se quiere saber la verdad, que el conflicto se debe a intereses de las grandes potencias… Aquí la situación es preocupante porque aunque no se difunden imágenes del desplazamiento, Líbano acoge a un millón y medio de desplazados, es decir, una cuarta parte de su población. El riesgo y la prudencia deberán ir de la mano para acertar en qué zona del conflicto debemos estar”, añadió Miquel.

Entre sus planes a futuro, los dos hermanos, buscarán la incorporación de más religiosos y voluntarios laicos, locales o extranjeros. Desean, también, dar conocer y sensibilizar a las comunidades educativas del Líbano. Desde luego, conocer a fondo la realidad especialmente de los niños y jóvenes desplazados.

Por lo proto, su misión sigue firme. Los hermanos seguirán su proyecto con cariño y devoción. Desean que el Fratelli pueda implantarse donde hay más necesidad y que la prisa o las iniciativas fáciles no mermen su audacia evangélica.

Duranguense con labor misionera

Andrés desde muy pequeño se conmovió al ver la pobreza y necesidades, sobre todo de los niños que vivían en las calles de Durango. Esa inquietud se fue incrementando conforme se comprometió en el grupo juvenil de la prepa e iba a catecismo, misiones, encuentros y retiros, pero sobre todo cuando estuvo de voluntario un año de en El Salto, Pueblo Nuevo y decidió entrar con los Hermanos Lasallistas, en un contexto misionero. Desde entonces les externó a sus superiores la inquietud de un servicio más directamente con los pobres. Primero quería África, luego su panorama se amplió al darse cuenta de que había otros lugares en donde había necesidades. Así es que su actitud fue de disposición a la voluntad de Dios. De esa manera, el pasado 23 de junio el Hno. Superior General le dio la opción de trabajar en el proyecto Fratelli, en Líbano. Y así comenzó su preparación que no sólo incluía trámites y hospedaje, sino estudiar, pues tenía menos de dos meses para aprender francés, que, después del árabe, es el idioma que más se habla en Líbano.

Andrés asegura que es un peregrino siempre en camino. “Por lo pronto estoy en Líbano, aquí soy feliz y aquí quiero entregar lo que soy y lo que Él me ha dado. Quiero morir y que mis restos queden donde Dios me encuentre sirviéndolo. El pensar regresar a México, a Durango, o irme de aquí a otro lado… se lo dejo a Él”.

La situación en el Líbano

-En el Líbano hay un millón y medio de refugiados, sirios, palestinos, iraquíes.

-De los refugiados, son más de 400 mil niños y jóvenes y 270 mil de ellos, sin poder estudiar.

-Algunos trabajan otros, vagan por las calles a merced de las drogas o grupos que pueden mal influenciarlos.

-El gobierno libanés hace verdaderos esfuerzos para escolarizar a niños desplazados con la ayuda de otros países, pero hay muchos que no lo consiguen.

¿QUIÉNES SON?

Andrés Porras Gutiérrez

Hermano Lasallista nacido en Durango. Entró a Guadiana La Salle desde los 4 años. En 2002 estuvo un año de misionero voluntario en El Salto, P.N., Dgo. y al año siguiente decidó entrar al Postulantado, después de varios años de discernimiento. Trabajó como profesor en Monterrey, Monclova, y Gómez Palacio, Dgo. dando clases a niños y jóvenes y organizando misiones a poblaciones rurales de México, además de un año de formador en el Aspirantado. Estudió dos licenciaturas: Educación y Ciencias Religiosas.

Miquel Cubeles Bielsa

Hermano Marista nacido en Zarazoga, España. Ha trabajado siempre en Cataluña en el ámbito educativo, en Pastoral Juvenil, en casas de formación y sobre todo en el ámbito social, casas hogares para niños y jóvenes que emigran de África o que han sido abandonados por sus padres, y en centros que reciben a niños en riesgo social. Estudió Magisterio y Ciencias de la educación pero el contacto con los jóvenes, ha sido su escuela de vida. Los últimos 20 años ha trabajado con adolescentes en situación de riesgo social, como tutor de adolescentes, jóvenes emigrantes del norte de África.

La situación en el Líbano

-En el Líbano hay un millón y medio de refugiados, sirios, palestinos, iraquíes.

-De los refugiados, son más de 400 mil niños y jóvenes y 270 mil de ellos, sin poder estudiar.

-Algunos trabajan otros, vagan por las calles a merced de las drogas o grupos que pueden mal influenciarlos.

-El gobierno libanés hace verdaderos esfuerzos para escolarizar a niños desplazados con la ayuda de otros países, pero hay muchos que no lo consiguen.

¿Cómo ayudar de lejos?

Los hermanos coinciden que lo primero es informarse. Educar, conocer y sensibilizarse sobre la situación. “Nunca nos debemos acostumbrar a la guerra, aunque ésta suceda lejos de nosotros. El riesgo de esto es que, al terminar de salir en los medios de comunicación en unos meses o semanas, se olvide, como ya se olvidó en los medios el problema del virus del ébola, que sigue muy presente en África”.

Afirman que se debe considerar a los refugiados como seres humanos que huyen de la guerra y la muerte, y no como emigrantes en busca de un hogar de bienestar.

No obstante, consideran que el apoyo más importante es orar. Y claro, si se puede apoyar económicamente, realizar donación y si no es posible, “se pueden comprometer con personas locales necesitadas, que como bien sabemos, en México también son muchas: www.conloscristianosperseguidos.mx.

Para conocer más

- www.champagnat.org

- http://andresporras.blogspot.es/tags/como-ayudar.

- Contacto directo con el Proyecto: [email protected]

- facebook.com/FratelliLibano

- twitter.com/FratelliLibano.

Escrito en: Refugiados Sirios voluntarios sociedad niños, Líbano, Andrés, realidad

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