Efectos del tabaco en la piel
El aspecto saludable de la piel de una persona se identifica habitualmente con la genética, pero lo cierto es que ésta sólo representa el 25% del envejecimiento. El resto, el parecer joven a medida que pasan años, se debe a evitar ciertas causas externas o vicios, como el estrés, tabaco, alcohol, drogas, contaminación, radiaciones solares, alimentación inadecuada, entre otros. Para reducir su efecto solo hay dos posibilidades: tratar de evitar estos vicios y utilizar tratamientos antienvejecimiento para mantener una piel sana.
El tabaco es el segundo tóxico, después del sol, mejor estudiado en la piel. Los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha confirman que el riesgo de arrugas de las mujeres fumadoras es casi el triple respecto a quienes no consumen tabaco y el doble en el caso de los hombres. La piel humana está expuesta a los efectos del humo del tabaco de una forma directa, por contacto del humo ambiental con la piel, e indirecta, por la llegada vía sanguínea de las sustancias tóxicas procedentes del humo del tabaco inhalado.
La piel sufre las consecuencias del tabaquismo, no sólo con enfermedades graves, sino también con aquéllas que afectan a su estética.
El humo del tabaco genera una gran cantidad de efectos sobre la piel. Arrugas prematuras, disminución de la hidratación dela piel y cabello reseco.
Entre los efectos biológicos causados por el tabaco encontramos los siguientes:
1. Aumento en la producción de radicales libres. Estas sustancias corresponden a elementos químicos que dañan las membranas de las células, llegando a destruir y alterar su información genética, afectando también los vasos sanguíneos disminuyendo por ende la nutrición de la piel.
2. Envejecimiento de la piel. El tabaco altera el equilibrio entre las proteínas de la piel, que ocasiona la degradación de las fibras elásticas que soportan la piel y le confieren su resistencia. La acumulación de desechos de estas fibras va seguida de una degeneración del colágeno que la rodea, lo que genera la formación de arrugas.
3. Disminuye la oxigenación de los tejidos y por tanto de la piel, la nicotina provoca el cierre de los vasos sanguíneos y una disminución de la circulación periférica.
4. En los fumadores son peligrosas las cirugías en la piel, pues la cicatrización cutánea se afecta y las infecciones son más frecuentes.
5. Como factores que influyen también en la degeneración de la piel se puede destacar el calor producido en los labios por el consumo de cigarrillos o pipa, que puede producir con el tiempo cáncer de labios, no sólo por el calor sino también por la composición química del papel, que contiene benzopirenos, un gran cancerígeno.
Los cambios causados por el humo del tabaco suelen manifestarse a partir de los 35 años y son directamente proporcionales al grado de consumo. En base a lo anterior es fundamental evitar el tabaquismo, pues como en otras enfermedades lo más importante es prevenir daños.
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Dra. Dalia Rodriguez
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