Editoriales

La emergencia pasó, pero a nadie se debe dejar a su suerte

La Raya del Tigre

La emergencia pasó, pero a nadie se debe dejar a su suerte

La emergencia pasó, pero a nadie se debe dejar a su suerte

RUBÉN CÁRDENAS

Habitantes de varias colonias de la zona norte que terminaban sus jornadas de trabajo se encontraron con que no podían llegar a sus respectivos hogares la noche del jueves; el agua que bajaba con fuerza por el canal en La Virgen no parecía ser el resultado de una simple lluvia, por intensa que fuese.

Era una situación diferente, inusual, por lo que muchos prefirieron no arriesgarse y buscar, de emergencia, otro sitio donde pasar lo que resultó ser una de las noches más trágicas en la historia de Durango. "Caminé de La Virgen a la Maderera y estaba igual", refiere un joven mecánico; "allí fue donde empecé a notar que algo no estaba bien; mejor nos subimos a una azotea para ver qué estaba pasando"

Y pasó que sobre el municipio de Durango, la ciudad especialmente y también en Canatlán, cayó esta madrugada de viernes la lluvia más intensa de los últimos 22 años en Durango y la segunda de los últimos 75, con un nivel de 97 milímetros por metro cúbico de agua; es decir, una acumulación equivalente al 20 por ciento del total de una temporada de precipitaciones pluviales en nuestro estado, lo que hizo reventar la Presa del Hielo, con efectos devastadores: cinco personas perdieron la vida, entre ellos tres de una misma familia, incluyendo un menor; hubo daños materiales en el 80 por ciento del noroeste y oriente de la capital, que fue declarada, en pocas horas, zona de desastre por la Secretaría de Gobernación, lo cual no ocurría en otras administraciones.

Como ha pasado durante más de 40 años, la naturaleza nos recuerda que no perdona si de ahorrar en infraestructura hidráulica se trata. Así, la parte norte de la capital, un área del centro y otra del oriente resintieron muy rápido los efectos del acumulamiento de agua, específicamente en colonias como La Virgen, Héctor Mayagoitia, Maderera, Luz y Esperanza, PRI, Ampliación PRI, entre otras. La zona del Puente Negro, una vez más, fue una trampa mortal, ahora para dos mujeres y un niño.

La contingencia obligó a un despliegue extraordinario de las nuevas autoridades estatales y municipales. Se prestó auxilio a los afectados y en los cuatro puntos cardinales de la ciudad fue necesario trabajar desde la tarde del jueves para evitar encharcamientos e inundaciones y más tarde para transportar a los damnificados a albergues, alimentarlos, reubicar pacientes de la clínica del IMSS hacia otros hospitales, así como darle cauce a los alimentos, agua y medicinas que comenzaron a llegar a los centros de acopio casi antes de pedirlos.

No siempre se puede ver, en medio de los afanes y las ocupaciones individuales, el nivel de solidaridad que puede alcanzar una ciudadanía poco habituada a las tragedias naturales, pero esta vez muy pocos se quedaron fuera y no se necesitó tener de sobra para donar; gente de todas clases sociales, algunos incluso desde su necesidad, han dado sin reservas. Muchos donaron también su tiempo para coordinar el trabajo de clasificar, empacar y canalizar la copiosa ayuda. Es tarea de todos que esa ayuda siga fluyendo y llegando a su destino puntual y eficazmente, sin distingos de partido o cualquier otra consideración, aparte de la que debe mover tanto a las instancias de gobierno como a la ciudadanía.

Hubo incidentes, eso sí, en contraste con la admirable reacción social, pues los mezquinos intereses políticos no se mantuvieron ajenos del todo. La urgente demanda en colonias del norte de la ciudad obligó a las autoridades a privilegiar esa zona con el envío de alimentos, medicinas y ropa, pero algunos operadores priístas identificados con Alicia Gamboa, María del Carmen Parga y Luis Eduardo Solís Nogueira, así como ciertos líderes de colonias, intentaron manejar la logística de la entrega de los apoyos, con la intención de que todo se canalizara sólo a través de ellos. Otros priistas acudieron a prestar ayuda y trabajaron duro, como Arturo Kampfner, secretario de Organización del CDE del PRI, a quien se le vio, como a muchos más de su partido, repartir los apoyos a familias en situación precaria.

El gobernador José Rosas Aispuro Torres y el alcalde José Ramón Enríquez Herrera mostraron capacidad de respuesta ante la contingencia; de hecho, apenas comienza la segunda etapa de acciones, tras la primera reacción. En cada recorrido la tarde y noche del viernes, las familias los abordaron, o a sus colaboradores, para pedir soluciones inmediatas. "Lo perdimos todo", fue la frase que más escucharon, por todos los rumbos, tanto el alcalde como el gobernador.

Viene ahora la segunda fase de atención a los miles de afectados. Entonces, el reto para las autoridades es inmenso, pues se requiere no sólo de optimizar recursos , sino de mostrar organización y transparencia, de no politizar las entregas y sentar un precedente de que, sin duda, no se va a dejar a tanta gente a su suerte.

PARA LA MEMORIA colectiva queda el altruismo de empresas funerarias, restaurantes, cadenas comerciales, refresqueras, organismos sociales, asociaciones civiles, medios de comunicación y de todas las personas que apoyaron, de una u otra manera, a los afectados por la tormenta de la madrugada del viernes...NADIE PUEDE DUDAR que Durango se unió, a la primera llamada, en esta emergencia. Incluso, hubo apoyo de otras entidades y de organizaciones de paisanos en los Estados Unidos...TAMBIÉN, LA FUNDACIÓN Chilchota envió a la ciudad de Durango veinte toneladas de ayuda en especie, lo cual, además de los beneficios que esto trae para muchas familias, revela la cordialidad del vínculo entre ambos alcaldes, Leticia Herrera, de Gómez Palacio y José Ramón Enríquez, de Durango.

Twitter @rubencardenas10

Escrito en: LA RAYA DEL TIGRE ciudad, zona, ayuda, José

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas