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Volver de EU por extrañar a la familia

Reporte de ONG indica que 40% de los migrantes regresó al país por cuestiones personales; 53% no viajaría de nuevo a Estados Unidos y 17% tal vez lo haría, pero de forma legal

Volver de EU por extrañar a la familia

Volver de EU por extrañar a la familia

EL UNIVERSAL

Entre 2005 y 2010, 1.4 millones de personas regresaron de Estados Unidos a México, la mayoría de ellos son trabajadores migrantes, quienes afirman que la nostalgia, el reencuentro con la familia y la dificultad para ubicarse en un puesto de trabajo fueron los motivos por los que retornaron.

De quienes vuelven a sus lugares de origen, 89% asegura que fue por su propia voluntad, mientras que 11% señala la deportación como motivo del regreso.

Según el informe "El Ciclo EU-México: El fin de una era", de la organización Mexicanos y Americanos Pensando Juntos (MATT, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Southern Methodist University, las estadísticas de retorno migratorio indican el término de un ciclo histórico entre México y Estados Unidos, debido a que desde 2007 las cifras han cambiado y los connacionales dejaron de migrar a la Unión Americana en un número considerable y miles están dispuestos a volver.

Desde 2010, MATT a través de la iniciativa Yo Soy México ha trabajado con autoridades federales y estatales, así como con el sector privado, la academia y organizaciones sociales con la intención de apoyar y encaminar este fenómeno binacional.

De los 600 migrantes entrevistados, nueve de cada 10 regresaron al país porque quisieron, mientras que 1% restante afirma estar en el país por haber sido deportado por las autoridades migratorias de Estados Unidos.

En el tema de las causas que hicieron que los connacionales regresaran, casi 40% indica que lo hizo por cuestiones familiares y 29.1% por tener nostalgia.

Destaca que 11.3% retornó debido a la dificultad de encontrar empleo en Estados Unidos, además de que se enfrentaron a la aplicación de leyes y políticas migratorias cada vez más agresivas. En menor medida, los mexicanos regresan por miedo a ser deportados, problemas familiares y de salud, y 1.7% lo hizo por sentir discriminación en el país del norte.

En el rubro de intención de regresar a Estados Unidos, 53% señala que no planea hacerlo, 30% indica que lo haría y 17% dice que tal vez, pero sólo de manera legal.

Según los indicadores de este informe, las principales razones de migrar a la Unión Americana están relacionadas con el trabajo y las finanzas. MATT muestra que 64% de los mexicanos que migraron a la Unión Americana lo hicieron por buscar empleo, 47.9% lo hizo por mejores proyectos laborales y 41.4% por un mejor salario.

En este rubro, señala que 22.8% de las personas que migraron al país del norte lo hizo como una aventura, mientras que 11.1% viajó por alguna presión proveniente de la familia.

El documento indica que más de las tres cuartas partes de las personas que migraron eran indocumentadas cuando entraron a Estados Unidos. En tanto que 15.3% lo hizo con visa de turista. En menor medida, los mexicanos migrantes entraron a la Unión Americana con visa de estudiante y de negocios.

Como es tradicional, California, Texas y Chicago son los principales estados del país vecino en los que habitó la mayoría de los migrantes encuestados, mientras que con una cifra menor se encuentran Georgia, Florida, Arizona, Colorado y Michigan.

En el tema de las remesas, la mayoría de los encuestados envió dinero a México en promedio al menos una vez por mes y 13.3% aseguró que mandó recursos entre dos y tres meses. Destaca que 15% detalló que nunca envió apoyo económico a sus familiares.

Se precisa que siete de cada 10 personas afirma que la principal razón para mandar dinero fue para ayudar en las necesidades de la familia y para construir o arreglar una vivienda. Casi 50% de los migrantes enviaba entre 200 y 500 dólares por mes, mientras que 23.5% depositaba entre 501 y mil dólares al mes.

La mayoría calificó como positiva su experiencia de interactuar con la sociedad estadounidense, además de considerar que Estados Unidos es una tierra de leyes y respeto a los procesos judiciales y no culpan al país vecino de su situación, sino que ellos se asumen como responsables de sus acciones.

Al regreso a México, la organización MATT resalta que alrededor de la mitad son autoempleados o trabajan en la economía informal, mientras que sólo 1% de los encuestados se identificaron como emprendedores para invertir o impulsar algún negocio.

Los connacionales aseguraron que los salarios bajos e insuficientes, así como las pobres condiciones de trabajo son las principales dificultades para reintegrarse a la vida económica de México.

Otras de las barreras que se mencionan son las altas tasas para rentar o comprar una casa, acceso limitado a servicios de salud o de retiro, así como la corrupción, nepotismo y la ineficiente administración pública.

La organización binacional encontró que la principal razón para permanecer en la República por parte de los migrantes retornados sería tener mejores salarios que los previos, tanto en Estados Unidos como en México. Además, mantener a la familia unida es otro de los motivos principales para residir en el país.

Los resultados del estudio revelan que los migrantes reciben poco apoyo de servicios o pocos programas del gobierno para reintegrarse a su nueva vida, en cambio, la mayoría obtiene el apoyo de familiares y amigos para ayudarlos en esta transición.

"Sólo 2% de los encuestados reportaron haber recibido algún beneficio de un programa para migrantes implementados por el gobierno mexicano", describe el documento. El informe detalla que más de la mitad de las personas que regresa deja familia en la Unión Americana; en este sentido, 59% asegura que no espera que estos familiares regresen a México; mientras que sólo un tercio de los consultados, espera que el resto de sus parientes retornen eventualmente al país para volver a reunirse con ellos.

El estudio de MATT indica que para 54.4% de los migrantes consultados, las certificaciones obtenidas durante su estancia en Estados Unidos, como diplomas de preparatoria o cursos de inglés, no les han servido para obtener ventajas financieras o profesionales en México, pero 13.6% considera que les ha ayudado mucho para obtener beneficios a su regreso al país.

“Hubiera querido estar con mi mamá”

“Envié a que hicieran ese cuadro de mi mamá”, dice Javier Rodríguez Nava. Señala una fotografía de casi dos metros que domina el decorado de su restaurante ubicado en la misma casa donde vivió con ella y por lo que hace 12 años regresó de la Unión Americana.

En pleno centro de Emiliano Zapata, municipio ubicado a 30 minutos de Cuernavaca, Morelos, Rodríguez Nava relata a EL UNIVERSAL que ver a su mamá y estar con ella los últimos días de su vida fueron su principal motivo para regresar al país, después de haber emigrado a Estados Unidos cuando era adolescente.

“Estar al lado de mi mamá fue el principal motivo por el que regresé a Zapata. Quería estar con ella, estaba enferma y no quería estar lejos”, explica mientras un aroma a comida mexicana inunda el pequeño jardín ubicado dentro del local.

Asegura que por la aventura de viajar llegó a Estados Unidos en 1989, decisión que fue apoyada por su familia; sin embargo, a pesar de mantener comunicación permanente con su mamá y hermanos por medio de cartas y llamadas telefónicas, la nostalgia de no estar con ellos y el delicado estado de salud de su madre hicieron que volviera al país.

“No me arrepiento de haberme regresado. Estuve con ella los últimos años de su vida y aquí encontré a mi esposa. Tampoco me arrepiento de haberme ido al norte, conocí lugares, otra cultura, gané dinero y gracias a eso pude poner este restaurante que me da para vivir y estar con mi familia”.

Cuando se le pregunta si regresaría a la Unión Americana, contesta inmediatamente y con seguridad: “Jamás me regresaría a vivir allá, sólo iría de visita porque mis hijos quieren conocer”. En el mismo restaurante trabaja Faustino Cabello, un migrante originario del mismo poblado, y que en noviembre del año pasado regresó de Estados Unidos por el mismo motivo que el de Javier: estar al lado de su familia, de la que se alejó en 1998.

Tino, quien trabajó como electricista en Las Vegas, Nevada, se arrepiente de no haber tomado antes la decisión de regresar para estar con sus parientes, debido a que hace un par de años su mamá falleció.

“A los paisanos que tienen familiares en México les digo que ahorita que los tienen con vida, que todavía los van a saludar en carne propia, porque cuando uno no los tiene se arrepiente. Hubiera querido estar aquí con ella. No lo pude hacer y ahora no la tengo,me arrepiento”, declara.

Otro de los motivos que llevaron a Faustino a regresarse a México fue el endurecimiento de las políticas laborales y la necesidad de contar con documentos legales para poder tener un buen trabajo.

“En Las Vegas está muy dura la situación. Hay trabajo, pero en taquerías mexicanas. Corres el riesgo de que no haya empleo seguro. No hay sueldo seguro”.

Agrega que la vida en el país estadounidense es muy cara, por lo que es necesario tener más de un trabajo. “Así como ganas, gastas. Ahí tenía que pagar 600 dólares de renta, 130 de luz, 150 de gas, los teléfonos y carros. Si no ganabas bien, no podías pagar los recibos”.

Asegura que en el presente gana lo suficiente para vivir y no preocuparse de pagar altos costos en los servicios.

“Vivo con mi papá, estoy con él y no me preocupo de tener que ganar más de mil 200 dólares al mes”, explica.

Tino comenta que en la Unión Americana sólo se dedicaba a trabajar, algunas veces más de 40 horas y sólo llegaba a dormir al pequeño departamento, que rentaba con otras personas. “Cuando estaba allá [en Estados Unidos] había días que trabajaba de ocho de la mañana a morir. Únicamente llegaba al departamento a dormir y descansar un par de horas y al otro día lo mismo, pero tenía que aprovechar el tiempo extra, porque te lo pagaban al doble. No era siempre; tenía que aprovecharlo cuando había”, dice.

Alejado de las presiones diarias por no contar con documentos para trabajar y vivir, Faustino tiene una vida más tranquila, en la que se da tiempo para hacer ejercicio y salir a convivir con amigos. “No tengo que preocuparme del tráfico, vivo a unas cuadras del restaurante. Aquí el ambiente es más agradable. Cuando descanso puedo jugar en el campo deportivo del pueblo que está a una cuadra de aquí y donde hay una liga de veteranos, muchos de ellos amigos de la escuela y que he vuelto a ver”.

Escrito en: Migrantes Estados, estar, Unión, país

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