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Más papistas que el Papa

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Más papistas que el Papa

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IVÁN SOTO HERNÁNDEZ

A estas alturas de sus respectivos gobiernos, es claro que el Gobernador José Aispuro Torres y el Alcalde José Ramón Enríquez entienden que las campañas quedaron atrás y que es momento de gobernar para todos por igual y por el bien de Durango.

Sin embargo, en sus equipos hay gente que no se da cuenta de ello y cree que sigue en plena competencia. Gente de muy poca madurez política que pretende seguir con una actitud revanchista, haciendo suyas rivalidades ajenas, creyendo que aún es tiempo de proselitismo.

Los encuentros que han tenido en los últimos meses los mandatarios con las diferentes fuerzas políticas son muestra de esa madurez; son el reflejo de actores políticos que no se cuecen al primer hervor y que, por lo tanto, entienden que ya no se necesita seguir golpeando al rival para lograr un objetivo, porque el objetivo ya lo obtuvieron el 5 de junio de 2016.

Y es que hoy, lejos de mantener una brecha con quienes pudieran no pensar igual, por el contrario, Aispuro y Enríquez necesitan gobernar y poner en práctica las ofertas y los compromisos de campaña, muchos de los cuales no los lograrán solos, sino con la unión de voluntades y esfuerzos con los diferentes sectores de la sociedad, hayan o no votado a su favor el año pasado.

La agenda de acercamientos de uno y otro con priistas, petistas, panistas, perredistas o grupos e individuos de cualquier otro origen político y social, ha permitido al Gobernador y al Alcalde dar algunos pasos, consolidar los primeros meses de sus gobiernos e incluso, hasta alcanzar votaciones en el Congreso o en el Cabildo necesarias para refrendar esa imagen de apoyo y legitimidad.

Ambos han participado directamente en diversas campañas y han sabido jugar el rol que les toca cuando han sido derrotados. Hoy, frente a sus gobiernos han tenido comportamientos muy razonables de los partidos a los que derrotaron en las urnas. O al menos hasta ahora no se ve al priismo frenando sus acciones o atacando cada acción y cada paso de los gobiernos del cambio.

No obstante, sería muy bueno que Gobernador y Alcalde pusieran un poco de atención a sus equipos, a su gente de abajo, pues muchas de las veces los que dicen ser sus más íntimos o sus fieles colaboradores y de mayor confianza, son a la vez los que más abusos y errores cometen, creyendo que sus jefes les van a aplaudir sus excesos.

El dicho popular dice que no hay que ser más papistas que el Papa. Y la frase aplica claramente en el caso que nos ocupa, para describir a ese tipo de servidumbre política que hace más daño que beneficio, porque dicen ser los que más cuidan al jefe político y resulta que son quienes más daño le hacen, los que más lo encapsulan siempre y lo alejan de lo que verdaderamente opina de ellos el electorado.

En el equipo de Aispuro Torres hay un grupo de personas que le hacen daño al Gobernador cada que pueden sin darse cuenta. Son los típicos que dicen tener tatuado al ahora Gobernador en el pecho, y los que, en su miopía para sumar gente a favor de Aispuro ahora en su faceta de mandatario estatal, se creen autorizados para hacer todo lo contrario: alejarlo cada vez más de quienes ellos califican de enemigos de su jefe.

Es en este círculo de funcionarios -afortunadamente, por cierto, casi ninguno ocupa cargos importantes o de primer nivel- donde le surgen muchas de las grillas y presiones al Ejecutivo por permitir la entrada a su equipo a gente que quizá no comulgó con él en el pasado inmediato, o que no lleva una vida obstinada de servicio de muchos años para Aispuro, como ellos.

Algunos se dicen más aispuristas que el propio Gobernador, y sin embargo, cuando el hambre le ganó a la lealtad dijeron haber dejado esa causa por completo y le pidieron chamba al entonces gobernador Jorge Herrera Caldera.

Aunque parezca increíble, en política quien más adula y dice ser la sombra y el leal servidor de un político es el que acaba haciéndole más perjuicio. Porque su mentalidad la mayoría de las veces es retrógrada, sectaria y carente de una visión incluyente que permita seguir sumando, pues al final ese debe ser el mérito de un buen político: siempre sumar adeptos a su paso, incluso, a aquellos que algún día no estuvieron a su favor en una contienda.

Hoy no quiero hacer referencia de nombres y dependencias donde se encuentran estos perfiles y el tipo de excesos que están cometiendo siempre en nombre de sus jefes los gobernantes. Ya habrá otra ocasión para que la sociedad los identifique a plenitud.

Lo importante es que sus jefes, el Gobernador y el Alcalde, han ido entendiendo que la campaña ya concluyó hace más de un año y que no pueden seguir gobernando siempre con las cargas de lo que pudo ocurrir en el pasado. Porque eso sería más peligroso para ellos mismos y, además, muy poco productivo.

A un año de ejercer el poder político y con todo el futuro por delante, lo peor sería que "los más papistas que el Papa" lograran su cometido y dejaran solos a sus jefes, sin aliados, sin puentes de entendimiento, sin diálogo que aporte, solo falsas adulaciones que tanto daño hacen.

Envíame tus comentarios a [email protected].

Escrito en: ComuniK2 Gobernador, siempre, gente, daño

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