Vecinos de Analco protestan por Tambitos

Mientras que los inquilinos del Comedor y Albergue Tambitos la libraron de pasar la noche en áreas verdes del bulevar Domingo Arrieta, vecinos del terreno en el que se les habilitó albergue presumiblemente temporal, manifiestan su preocupación por las condiciones en las que se encuentran las personas de la tercera edad y con discapacidad y por otro lado se sienten temerosos de los vagos y viciosos que también son usuarios de los servicios que ofrece la asociación civil.

El pasado martes, Tambitos se vio en la necesidad de desalojar el inmueble que ocupaba en el bulevar Domingo Arrieta, en el Barrio de Analco, tras haber permanecido alrededor de dos años sin el pago de la renta correspondiente.

El mismo día entre la tarde, noche y todavía madrugada del siguiente, comenzó el traslado de los inquilinos y de los muebles del Comedor y Albergue, a un terreno propiedad del Ayuntamiento, ubicado en la privada de Allende, entre las calles Allende y Morelos del Barrio de Analco.

En ese marco, el alcalde José Ramón Enríquez, refrendó el compromiso que había hecho algunos meses antes, respecto a ayudar a proveer de un espacio digno a este albergue, con lo que recibió el voto de confianza de Rosa Andrea Mendía Oceguera, directora de Tambitos.

REACCIÓN

Sin embargo, la reacción de los vecinos de esta zona no se hizo esperar, ya que ayer jueves estuvieron presentes en la Sesión de Cabildo con dos asuntos:

Primero exhibieron las condiciones precarias en las que actualmente se encuentran los inquilinos del Albergue, entre los que hay ancianos, discapacitados y hasta un niño.

En segundo lugar, manifestaron su negativa rotunda a permitir que el Comedor y Albergue sea dejado en dicho espacio, ya que conocen que el servicio gratuito de alimento y dormitorio, atrae a viciosos y vagos que agravarían la inseguridad que de por sí no es poca en esa área.

"Las personas pasaron la noche bajo un toldo de regular tamaño, con todo y que hubo bastante lluvia, improvisaron una especie de sanitario totalmente antihigiénico y se bañan al aire libre", mencionaron algunos de los inconformes.

Y es que luego de no tener éxito en un primer encuentro con autoridades y ediles del municipio de Durango, acordaron una reunión al medio día, en la que fueron atendidos por mandos medios.

Ahí exigieron certidumbre con relación a la reubicación de Tambitos, al referir que tanto la Secretaría Técnica, como los propios inquilinos del Albergue dan por un hecho que el lugar en el que ahora están, será la sede definitiva.

Por su parte, Jorge Castañeda, subsecretario de Atención y Participación Ciudadana y Gerardo Estrada García, subsecretario del Ayuntamiento, dijeron que se fijo un plazo de 60 días, que puede ser menor, para encontrar y de ser necesario, adecuar un espacio para el Albergue.

A esto, los vecinos de Analco respondieron que no van a permitir que el Albergue se quede ahí para siempre y que si su permanencia es temporal, su retiro deberá ser lo más pronto posible.

Y es que por ejemplo, hay dos guarderías en las inmediaciones de la privada de Allende, que podrían ver afectada su operación, por la presencia de Tambitos, cuya presencia ya representa una señala de alarma que debe ser debidamente atendida por Seguridad Pública.

"Ya hemos visto a gente de Tambitos en las azoteas, observando nuestros movimientos y merodeando las casas y vehículos, lo que no nos deja dormir tranquilos", mencionaron vecinos.

El Subsecretario de Atención y Participación Ciudadana, quien pidió a los presentes en la reunión no hacer grabaciones de la conversación, sino mantenerla como una "charla en confianza", para evitar posibles ediciones de la misma.

Por su parte, los manifestantes remarcaron que en caso de que la autoridad municipal deje el Albergue de forma permanente en la Privada de Allende, están dispuestos a tomar medidas drásticas, como el cierre de calles y otras protestas más severas.

Dicen que ya de por sí hay deficiencias en el alumbrado, robos y otras condiciones de seguridad, que se pueden empeorar con la presencia del Albergue, del cual aseguran que no restan mérito a su labor, pero si tienen miedo de la gente desconocida que llega en busca de su servicio y atención.