El pasado miércoles el diablo anduvo suelto y la vergüenza se posó en las diferentes canchas del mundo siendo sobresalientes los casos de los equipos mexicanos en Copa Libertadores, el reporte del árbitro Miguel Ángel Chacón en el asunto de Marioni, la goleada del Zaragoza al Real Madrid y el penoso peregrinar de las autoridades federativas relativo a Carmona y Galindo.
Los Pumas de Universidad fueron a Montevideo a enfrentar al Nacional y la verdad, dieron pena; los felinos tienen un plantel limitado además se dan el lujo de dejar en el banco de suplentes a Gerardo Galindo y Leandro Augusto, contratan como refuerzos a un desconocido de nombre Marcel Pereira y a otro demasiado conocido por su ausencia de sangre, Cesáreo Victorino, lo que, aunado a sus errores, desembocó en una desafortunada presentación copera.
En otro encuentro los Tigres norteños, con un cuadro alternativo también sucumbió, sólo que la realidad de estos universitarios es diametralmente opuesta a la de Pumas.
Tigres es, por principio de cuentas, un equipo rico, una chequera generosa que no escatima en darle a sus entrenadores lo que pidan; luego entonces no se entiende que, sabiendo de antemano y con toda anticipación que podrían participar en la Libertadores y armando un plantel para ello, le permitan al “Tuca” Ferreti debutar con una alineación parchada y medianita.
La Universidad Católica de Chile no es un gran rival pero hizo lo suficiente para derrotar a Tigres que ofreció resistencia cuando completo, tendría para masacrar en casa a los andinos. Una vergüenza.
Pero sin que nos consolemos con aquello de mal de muchos, consuelo de…, del otro lado del océano también se da la pena ajena y el poderoso Real Madrid no sólo fue derrotado y goleado sino paseado y humillado por el Zaragoza.
El Madrid recibió seis goles y no metió ni las manos. Bueno, ni patadas dio pues el saldo disciplinario fue de sólo dos tarjetas amarillas. Increíble.
De vuelta en México, como alma en pena andan nuestros federativos para perdonar a Carmona y Galindo. Resulta que ahora piden el aval de la FIFA para generar la misericordia que piden los jugadores, Cruz Azul y Lavolpe. Ellos solos se metieron en este berenejal y ahora no saben cómo salirse.
Andar tocando todas las puertas de Concacaf y FIFA para revocar un castigo que la propia Federación impuso, se puede revertir y dejar en suspenso una situación que de quedar así, se resolvería después del Mundial, es decir, demasiado tarde.
Finalmente para completar este rosario de situaciones vergonzantes, no se puede soslayar la triste actuación de los involucrados en el caso Chacón–Marioni.
Resulta que el árbitro Chacón recibe un balonazo de Marioni y decide expulsarlo por agresión; al llegar al vestidor, recibe una misteriosa llamada telefónica y decide reportarlo por protestar, gesticulando, sus decisiones; la Comisión Disciplinaria exonera a Marioni al no existir elementos en la cédula para sancionarlo e inhabilita al juez; la Comisión de Árbitros se inconforma y anuncia que Chacón volverá a dirigir quizá la próxima semana.
Conclusión: el árbitro, por cobarde, debe recibir una sanción pues falseó la cédula; tiene que investigarse lo de la llamada y de ser cierta correr a quien influyó en la redacción del informe; la Disciplinaria o castiga al juez por falsedad o lo exime, no está en sus facultades la inhabilitación y la Comisión de Árbitros deberá renunciar en pleno en vez de andar protestando.
Lo único rescatable de esta media semana infernal fueron las Chivas con su triunfo en Perú.