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México unido y solidario

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OMAR ORTEGA SORIA

Si algo distingue a nuestro país, es el temple que tiene para salir adelante cuando se enfrenta a una catástrofe, ya sea a un huracán, un incendio o los temblores que se acababan de sufrir. La ayuda siempre fluye, y más allá de las diferencias que existen, se pone de manifiesto el sentido humano y solidario de los mexicanos.

Mientras que la agenda pública estaba concentrada en el terrible asesinato de Mara, y ya empezaba a desdibujarse la crisis del anterior temblor en Oaxaca y Chiapas, otro hecho catastrófico sorprendió a México, a tan solo algunas horas de conmemorar el temblor de 1985 y en pleno día nacional de la protección civil. Era una cruel ironía.

Primero, es importante reconocer que la cobertura mediática al de otras catástrofes fue mucho mayor, al haber dañado a la capital del país, existiendo una sobrereacción, por lo menos en la Ciudad de México, en donde a más de 24 horas del movimiento telúrico, los voluntarios civiles prácticamente están corriendo en círculos, ya que en los lugares donde se podría hacer algo, ya está trabajando personal especializado, y que las personas que fueron desalojadas, ya se encuentran con familiares o amigos cercanos, por lo que los albergues que fueron instalados no han sido mayormente utilizados.

Esto no quiere decir que la ayuda sea innecesaria, durante la crisis hubo muchos héroes que apoyaron transportando ante las fallas del transporte público, que coordinaron el trafico al no existir semáforos en funcionamiento, personas que ofrecían sus hogares, comida, o herramientas, innumerables jóvenes que se acercaron a mover escombros. Sin embargo, hubo un momento en donde la ayuda era más estorbo.

De nueva cuenta seguimos divulgando noticas falsas a través de internet, sin verificar su fuente o relevancia, saturando las redes de comunicación o generando pánico. También la iniciativa privada tiene un papel muy importante, de nuevo digo, es importante toda la ayuda, pero que mejor que esta fuera coordinada, sin esfuerzos aislados o protagónicos.

Y aquí el Estado tiene el gran reto de crear un mecanismo o protocolo de ayuda, que vayan más allá de acciones solidarias, por ejemplo regular los casos en que las empresas telefónicas tengan que permitir el uso de su infraestructura de manera gratuita, que los bancos ofrezcan el uso de sus cajeros automáticos sin ninguna comisión, que las compañías constructoras puedan redirigir sus esfuerzos, que los hospitales privados permitan la atención gratuita o incluso que exista una única cuenta bancaria para donativos en efectivo.

También es importante que el Gobierno tenga protocolos de ayuda especial y que no se vea como buena voluntad que el transporte público y las casetas en autopistas sean gratuitas, o que los servicios médicos sean de libre acceso. México tiene una gran experiencia con el plan DNIII y se tiene que actualizar a nuevos supuestos.

Urgen atlas de riesgos actualizados que sean conocidos por los ciudadanos, que sean obligatorios los simulacros y cursar una materia de protección civil en la escuela, que los gobiernos inviertan en sistemas de alerta temprana y en mejores equipos para rescate. Seguimos siendo muy poco previsores.

Espero que los Diputados federales estén más conscientes de esto, sobre todo ahora que fueron sorprendidos por el sismo en plena sesión. Me imagino que como una gran cantidad de mexicanos también pensaron que vivirían sus últimos momentos. Ojalá que con las reflexiones que hagan, puedan llegar a trabajar con una nueva mentalidad y prioridades. México lo necesita.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo tiene, sean, ayuda, importante

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