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Estremecimiento y trato

FEDERICO REYES HEROLES

FEDERICO REYES HEROLES

Una llovizna nos recibe, pero los encharcamientos sobre el pavimento de la base aérea delatan lluvia fuerte. ¿Dónde y cómo aplicar mejor los dineros recaudados por Fuerza México?, es el motivo de la visita. Muchas necesidades, pocos dineros. El Istmo es una llaga abierta que no debemos olvidar.

Las Fuerzas Armadas tienen allí un centro operativo, pero también son damnificados. Sus viviendas, relativamente nuevas, quedaron inservibles. Por ahora duermen en tiendas de campaña. El epicentro estuvo muy cerca. Miles de réplicas. Saludos de rigor, caras serias, la tragedia es multidimensional, muy profunda. El gobernador, el secretario Calzada que está apostado allí por instrucciones presidenciales como facilitador, las cabezas de las FFAA locales y el presidente municipal nos guían por las calles de Asunción Ixtaltepec. Es la mayor destrucción proporcional del país.

El panorama se invierte, no se ven casas dañadas entre edificaciones en pie; se ven algunas edificaciones en pie entre predios baldíos donde hubo casas, hogares, familias. La vista llega a la que fue una recamara, o una cocina, rasgamos la intimidad involuntariamente. La remoción de escombros lleva varios días y falta mucho. Hay camiones de carga bastante viejos, palas mecánicas sobre pequeños cerros de escombros, muchos hombres y mujeres sudorosos. Proporciones: 80% de casas devastadas, 20% en pie. En todo Oaxaca alrededor de 240 mil personas sin casa. Llegamos al primer albergue, las FFAA instalaron de inmediato una potabilizadora, una planta de luz, un comedor, un área de servicios médicos e incluso una zona de esparcimiento para los menores. Entramos a las tiendas de campaña, las enviadas por Canadá, pequeñas, para la pernocta, las chinas, de mayor altura, para servicios diversos, médicos y otros. Miles de comidas son servidas diariamente a la población en desgracia y además a los efectivos desplegados, alrededor de 5000 en la zona. Detrás está la previa rehabilitación de las varias carreteras dañadas.

En las calles la gente se acerca al gobernador con rostros de angustia, le solicitan de todo, él saluda paciente y canaliza o explica. El secretario Calzada está totalmente empapado de la situación y también por la humedad relativa, todos lo estamos. El drenaje tiene daños severos y la lluvia de esa mañana no ayuda en nada. El gobernador repite en un par de ocasiones que hasta ese momento no había noticias de epidemias. La preocupación está a flor de piel. Los adultos muestran el destrozo en sus gestos, pero los niños, muchos con los torsos descubiertos y descalzos, chimuelos y despeinados, ríen entre nosotros, caminan sobre amenazantes, varillas, maderas que quizá fueron muebles, rejas de refrescos en función de armario, sillas de plástico que sobrevivieron, viva la inocencia y la alegría. Platico con el general de división DEM Alfonso Duarte Mújica y el contralmirante Antonio Zárate, a ambos los saluda la gente con respeto, contenidos pero emocionados, me hablan de la reconstrucción de inmuebles centrales que estará en sus manos. Antecedentes hay varios, un hospital en Mazatlán en cinco meses. Me intereso en el asunto.

Hospital abajo, Palacio municipal abajo. En Ixtaltepec No hay actividad comercial, todo está paralizado. Los mormones hacen su aparición con casas prefabricadas para estancias más prolongadas. ¿Y de dónde salieron preguntamos? Llegaron. El presidente municipal Oscar Toral, tiene un rictus de preocupación muy profunda. Ixtaltepec está destrozado, no se olviden de estos mexicanos. En el camino a Juchitán vemos miles de toneladas de cascajo despejadas, son el equivalente a tres veces el estadio Azteca. Las FFAA están en todo, del agua potable a los platos y cucharas. Diego Prieto, director del INAH, nos señala la letal combinación de formas de construir. El adobe libró bastante bien la batalla, vigas de madera y techos ligeros. Pero cuando se utilizan muros de adobe sin castillos, para cargar trabes, cuando los cargan con lozas de cemento, se activa la bomba. De allí la importancia de encausar la auto construcción, gran reto nacional, los folletos -muy sencillos- ya circulan. De los "medias cucharas" a los albañiles de fuste, todos a revisar los límites y características de los materiales. Es el comienzo, la acreditación de los oficios como en muchos países.

Juchitán, mucho más grande y rico, ha perdido edificios emblemáticos: una gran escuela, un hospital, una parte del palacio municipal. Pero la actividad económica regresa. El general me presenta allí al ingeniero militar Iván Hernández Uribe, él construyó el hospital en Mazatlán, lo jalé para acá, dice. El ingeniero me mira los ojos, en cinco meses dice, el hospital y la escuela. Me aprieta la mano como sellando un trato, le creo, regrese usted en cinco, dice. Me estremezco, ese México también existe y emociona.

Escrito en: FEDERICO REYES HEROLES allí, casas, hospital, FFAA

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