La catrina de los mexicanos
En una época donde la tensión política de México había sobrepasado sus límites, el país conoció a 'La Calavera Garbancera'. Se trata de un grabado en metal del artista y caricaturista originario de Aguascalientes, José Guadalupe Posada (1852-1913), que fue clave para la creación de la Catrina tal y como se le conoce hoy en día.
UNA BURLA A LA CRISIS
Todo se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando varios caricaturistas criticaban de forma burlona lo que se vivía durante el porfiriato y los gobiernos de Benito Juárez y Lerdo de Tejada a través de dibujos de calaveras con textos que se publicaban en diversos periódicos.
Así surgió 'La Calavera Garbancera'. Sin imaginar el impacto que tendría en la cultura mexicana, Posada plasmó un esqueleto con sombrero para criticar a los garbanceros, aquellos que aparentaban ser europeos y negaban sus raíces indígenas, además de representar la pobreza que aquejaba a gran parte de la República.
"La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera", aseguró Posada sobre su creación.
El dibujante llegó a la ciudad de México cuando tenía 35 años, luego de verse obligado a abandonar su ciudad natal por las críticas ilustraciones que se publicaron en 'El Jicote'. Pero no solo ilustró el ámbito político. En su acervo retrataba crímenes truculentos, accidentes y hasta pronósticos del fin del mundo, pero sin duda abundaban calaveras de fiesta que reflejaban a la clase alta y otras a la clase baja, todas fieles a la pena y alegría que caracterizaban al pueblo ante la miseria y los errores de la época.
Aún así, 'La Calavera Garbancera' fue la que inspiró a otros artistas como Diego Rivera. El muralista mexicano fue el primero en usarla, aunque con una versión propia. La pintó en su mural 'Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central' (1947), pero a diferencia de la original, esta calavera estaba vestida como una dama de la alta sociedad y la adornó con una estola de plumas. Ahí se bautizó como 'La Catrina'.
LA OTRA CATRINA
La propuesta de Rivera se popularizó rápidamente y se adoptó dentro del Día de Muertos y de la cultura mexicana. Tal fue el impacto que hoy en día es imposible concebir el 2 de noviembre sin esta arraigada figura y, aunque sigue evolucionando, no deja de ser La Catrina de los mexicanos.
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