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Los del PAN más priistas y los del PRI más panistas

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Los del PAN más priistas y los del PRI más panistas

Los del PAN más priistas y los del PRI más panistas

IVÁN SOTO HERNÁNDEZ

En Durango se están revirtiendo los papeles y el comportamiento que históricamente ha caracterizado a los principales partidos políticos con influencia local: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN).

¿A qué me refiero? Pues que el panismo está mutando y sus líderes y principales cuadros políticos están adoptando la mayoría de las más malas mañas del priismo duranguense de toda la vida, a partir de la arrogancia por tener el poder, y la ceguera que provoca la soberbia.

La gente que se identifica o que milita con Acción Nacional, en muchos de los casos, recurre a los mismos abusos que desde el poder ejerció el sistema político priista, y entre las nuevas vacas sagradas del blanquiazul se oyen expresiones y se observan posturas que antes tanto criticaron de los del PRI.

En contraparte, como si fuese un efecto similar pero a la inversa, los priistas están muy cerca de caer en el comportamiento que tanto carcomió al PAN durante muchísimos años: luchar por el poder, pero más aún luchar contra los grupos internos del propio partido.

El canibalismo político al que está entrando el PRI, si bien siempre existió, hoy se resiente aún más porque se parece más al estilo de canibalismo que existía entre los panistas, quienes preferían ver perder a sus candidatos con tal de que no se fortalecieran grupos rivales.

Hoy, así pasa con los grupos del tricolor, quienes avanzan sigilosamente hacia ese comportamiento sectario y de luchas intestinas sin freno alguno, pues pareciera más importante frenar el posible avance del grupo contrario que lograr resultados para el partido.

Esta reflexión, que me compartió un amigo priista y la pude corroborar con amigos panistas, todos de Durango, me resultó por demás interesante ya que es justo eso lo que está ocurriendo en los dos principales partidos políticos.

Los panistas, una vez sentados en el poder, han adoptado muy rápidamente algunas de las tantas mañas y los vicios que antes condenaron, como el uso de los programas sociales para fines políticos, el apoyo casi desinhibido y abierto a su partido en horas, días hábiles y hasta con recursos públicos de por medio.

El descaro que de pronto se ha visto y denunciado en las redes sociales por parte de servidores públicos o representantes populares de alguno de los gobiernos del cambio. El mal uso de vehículos oficiales. Incluso acusaciones por posibles actos indebidos que ya empiezan a aparecer.

El control sobre la prensa y la opinión pública, incluyendo operativos muy recurrentes de ley mordaza en periódicos, televisión o radio. El intento de censura en redes sociales por diversas vías, incluyendo el tradicional y choteado troleo. Es decir, mucho de lo que el panista criticó y condenó, hoy lo hace desde el poder.

Y como panista de antes se comporta el priista de ahora. Tradicionalmente los tricolores venían adoptando una disciplina ciega que se mantenía firme mientras hubo Gobernador de ese partido, pero que se ha perdido por completo ahora que no hay jefe político estatal con esa estatura y ese nivel de jerarquía y peso financiero.

Lejos de la disciplina, hoy vemos a los de un grupo queriendo pisar a los otros grupos. Peleando por cada espacio al grado de romper y destruir si no les otorgan los espacios exigidos.

Hoy vemos al grupo del ex Gobernador Guerrero Mier anticipando que podrían atrincherarse fuera del PRI si no les dan candidaturas; o a los del ex Gobernador Ismael Hernández Deras creyendo ser los dueños de la nueva era tricolor.

O a los de La Laguna desafiando con desestabilizar y al menos generar rebeldía por no tener el control del Comité Estatal y en la pelea de espacios para el 2018; o los de Jorge Herrera Caldera con ganas de desquite interno a raíz de las penurias que han pasado en la primer etapa de la alternancia.

El priismo de ahora se parece más al panismo de antes, ese que prefiere ver hundido a los grupos antagónicos dentro del partido, pese a que eso signifique seguir aguantando más y más derrotas. ¿Será? Así parece...

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Escrito en: ComuniK2 grupos, sociales, grupo, político

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