Definiciones rumbo al 2018
El destape del -aspirante a- candidato del PRI a la Presidencia de la República ha llenado otra casilla en la boleta electoral. El tiempo de definiciones llego al partido que dominó la política nacional durante la mayor parte del siglo XX y lo hizo encumbrando a un simpatizante, José Antonio Meade, como su candidato al puesto más alto de la nación.
Con el candidato del PRI en el tablero político, el tiempo de definiciones se agota para el Frente Ciudadano por México, que todavía está consensando el método para elegir a su candidato presidencial que satisfaga a todos los partidos involucrados, pero aún más importante, sus participantes no parecen definir las candidaturas en los diferentes estados. En Jalisco, Movimiento Ciudadano y su líder a nivel local tomaron la decisión de ir en solitario por la gubernatura del estado, lo que evidenció la falta de acuerdos a nivel local en el Frente, y significa el gran reto de los dirigentes para mantener vivo el pacto que inició como una propuesta para capturar el voto de los ciudadanos considerados anti- sistema y que tampoco lo harían por la opción populista que representa el líder de Morena.
El poco avance de las y los candidatos independientes hace pensar que, con seguridad el próximo Presidente de México será alguno de los abanderados por las diferentes coaliciones de partidos políticos, de ahí la importancia de tener definiciones por parte de todos estos actores políticos.
De acuerdo al perfil de los aspirantes, al programa que presenten y al discurso que será la base de cada campaña, quienes definirán la elección, principalmente la clase media, podrán comenzar un proceso de evaluación de las propuestas para dirigir al país durante los seis años a partir del primero de diciembre de 2018.
Sin embargo, el principal reto de la elección del próximo año es que el sistema político pueda cambiar, que la forma en que se ejerza el poder cambie para dar paso a un modelo que realmente privilegie la defensa y ampliación de derechos y libertades. Lamentablemente eso no sucedió durante el siglo pasado, en la época de un partido único, ni durante los años de la alternancia que comenzaron en el año 2000.
En 2018, los candidatos mostrarán sus propuestas ante electores que saben que sus niveles de bienestar no han mejorado en las últimas décadas. En general, los ciudadanos que elegirán al próximo Presidente de la República saben que los problemas que padecemos como nación están lejos de resolverse, aunque los culpables sean los tres niveles de gobierno, quienes sufragarán en el 2018 saben que los bajos niveles de crecimiento económico y también el porcentaje de población en condición de pobreza se han mantenido prácticamente igual por décadas; acabar con la corrupción sigue siendo una demanda incumplida de la sociedad; la impunidad hace atractivo para los delincuentes cometer delitos ya que saben de antemano que para la gran mayoría de sus fechorías no habrá castigo; la aplicación del estado de derecho en los tres niveles de gobierno sigue estando en cualquier listado de buenos deseos y la inseguridad tiene efectos en la actividad económica de los que nadie quiere hablar.
Es importante que los candidatos a la Presidencia se comprometan con una agenda de cambios para que independientemente del ganador, podamos suponer que, sin ser ingenuos, la élite política cambie, al menos marginalmente y en beneficio de sus ciudadanos, la forma en que se ejerce el poder en nuestro país
Twiiter: @jesusmenav