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Los sucios códigos de los mejores negocios

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Los sucios códigos de los mejores negocios

Los sucios códigos de los mejores negocios

Redacción S. N.

Esta serie de seis episodios autoconclusivos brinda, cuando es posible, los puntos de vista de quienes atacan y quienes defienden. En los casos de los peces gordos, los que prefieren no hacer declaraciones al respecto, la carga de la prueba ocupa el sitio principal.

Una serie documental que investiga, revisa, acusa y persigue objetivos bastante específicos. El dinero es sucio porque fue obtenido a través de esquemas fraudulentos o actividades ilegales o simulaciones empresariales o prácticas que si bien no se encuentran fuera de la ley son, desde el punto de vista moral, sumamente reprobables.

Es el caso por ejemplo de una empresa automotriz que se vale de una artimaña de software para vender vehículos que son ecológicos solamente cuando están en el laboratorio, sometidos a las pruebas de control ambiental. Ya al aire libre, los automotores liberan cantidades sumamente llamativas de contaminación.

La compañía se compromete a colaborar con las agencias responsables de certificar los autos. No se sospecha fraude, sino la existencia de una anomalía que, seguro, tiene una explicación adecuada. Luego de más estudios y dilaciones, la navaja de Ockham se impone: la explicación más simple es que hay un dispositivo tramposo en las unidades.

El documental reúne opiniones de investigadores, clientes, extrabajadores de la empresa, y recupera videos de las comparecencias de directivos ante la justicia norteamericana.

También brinda aspectos clave sobre el desarrollo de la armadora de autos, sus orígenes, momentos tanto de gloria como de incertidumbre, figuras clave para explicar su condición actual.

Ya en los difíciles tiempos de las denuncias por fraude, se documentan la preocupación y el temor a ser descubiertos en las comunicaciones internas así como las maniobras realizadas para proteger a sus altos mandos.

Esta serie de seis episodios autoconclusivos brinda, cuando es posible, los puntos de vista de quienes atacan y quienes defienden. En los casos de los peces gordos, los que prefieren no hacer declaraciones al respecto, la carga de la prueba ocupa el sitio principal. Además de Estados Unidos, otros países que ocupan el primer plano en alguna de las investigaciones son México y Canadá.

Los capítulos durante entre 50 minutos y una hora y cuarto. Las historias y el ritmo que tienen son muy dispares. No obstante, todas cumplen con el requisito básico de interesar.

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Hard NOx. Foto: Netflix

ACTORES

Otra empresa que da a este dinero sucio su atractiva dimensión es Valeant una farmacéutica que, empeñada en generarle ganancias a sus inversionistas, decide negarse a la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos y entregarse a los aumentos graduales en los precios de sus productos exclusivos. Si antes de esa decisión una pastilla costaba un dólar, su precio escala hasta los 200 dólares. Además, se exhibe cómo Valeant encontró el modo de inflar el precio de sus productos valiéndose de su sociedad con una red de farmacias llamada Philidor, sobrenombre del ajedrecista frances del siglo XVIII, François André Danican. Al seguir esa referencia se desnudó que las malas prácticas de la compañía solían ser encubiertas detrás de términos extraídos del deporte-ciencia, por ejemplo, se usaban las siglas KGA, de King´s gambit accepted (Gambito de rey aceptado).

México también aparece en la serie, gracias a HSBC, empresa financiera que es presentada en la serie como el banco oficial de los narcotraficantes mexicanos. Al principio del capítulo se explica que, de todas las maniobras, prácticas, embustes, delitos, y demás acciones nocivas que se exponen en Dinero sucio la que está por analizarse es la más sencilla de entender: “¿Recuerdan la película Caracortada, cuando Tony Montana y sus secuaces bajan de un vehículo y comienzan a meter bultos de dinero en un banco? Pues eso”.

En otro episodio se sigue la disputa legal entre la justicia norteamericana y un emprendedor que se hizo multimillonario con préstamos de 500 dólares. A los clientes se les decía que iban a devolver 590 dólares. El dinero era cobrado en cómodas mensualidades directamente de las cuentas bancarias de los trabajadores apurados. Tras cuatro 'abonos' venía un cobro mucho mayor a los anteriores y los clientes descubrían que los 360 dólares descontados en días de pago se habían ido en conceptos varios y los 590 dólares de la deuda se mantenían intactos.

Canadá es la tierra de otro caso, el de una asociación de productores de jarabe de arce, también conocido como miel de maple, que está decidida a mantener su monopolio frente a disidentes partidarios del libre mercado. Los comentarios de uno y otro bando se intercalan con la investigación de un robo por cerca de 20 millones de dólares en barriles de jarabe.

ERA UNA BROMA

El punto culminante de la temporada llega con su relato final: la historia de Donald Trump, o mejor dicho, la historia de un hombre que se ha vendido como un exitoso empresario cuando la realidad dice lo contrario.

Aparecen entrevistas con especialistas financieros, colaboradores del presidente de Estados Unidos y miembros del equipo de producción de The apprentice (El aprendiz), programa de la cadena NBC que representó para el chico de Queens consolidar su papel como celebridad.

Éstos últimos comentan que elegir a Trump fue sencillo. Querían pasarlo bien, divertirse, cuando no burlarse. El problema es que “muchos se lo tomaron en serio”. Comentaron que cuando llegaron a la oficina de Trump lo primero que vieron fue la necesidad de arreglar la falta de lujo.

Los fracasos, los negocios fraudulentos, la promiscuidad de intereses, las alianzas con algunas figuras marcadamente criminales, son algunos de los aspectos analizados.

También se expone cómo el hijo de Fred Trump, que se vende como un competente miembro del sector inmobiliario, puso su apellido en una veintena de edificios de los cuales sólo cinco son de su propiedad.

El modo de hacer negocios del presidente republicano ha tenido fracasos estrepitosos como su Trump Taj Mahal (TTM) en Atlantic City, el casino más grande del mundo en el momento de su inauguración, a principios de la década de los noventa del siglo pasado.

Tuvo que vender el complejo de apuestas en 2009 luego de varias bancarrotas. Uno de los responsables de la operación del TTM afirma que tenían todo para cambiar la historia de los centros de apuestas y ser exitosos, pero, el golden boy tomó decisiones que echaron la nave a pique. El Taj Mahal arrastró consigo al resto de los casinos del neoyorquino.

También se entrevista a un periodista de trascendidos que tenía un acuerdo con el empresario. Trump le pasaba información y el periodista lo nombraba, de cualquier manera, en su sección de habladurías, para bien o para mal, pero siempre refiriéndose a Trump como “magnate”.

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Drug Short. Foto: Netflix

ESTAFAS

La serie, disponible en Netflix, fue coordinada por Alex Gibney, uno de los directores de documentales más influyentes en la actualidad. Algunas de sus obras más conocidas son Enron: los más listos en la habitación (2005), Taxi al lado oscuro (2007), y Robamos secretos: La historia de Wikileaks (2013).

En dos de los episodios, el de los prestamistas y el del jarabe de arce, Dirty money se destaca por ir más allá de las evidencias o los dimes y diretes. Consigue estampas íntimas de los personajes. Vemos al empresario que sufre porque “no hizo nada ilegal” y ahora se ha despedido de su equipo de carreras, de sus cuentas, bancarias de sus posesiones más valiosas; acompañamos al operador que pidió un préstamo de 300 dólares para ajustar los gastos del mes sin imaginar lo que ese dinero le iba a costar a él y a su familia; escuchamos las llamadas de clientes asombrados porque su deuda se mantiene intacta; conocemos la historia de un dirigente que no hace sino continuar con el legado de su padre; atendemos a una mujer que se niega a obedecer a quienes le dice cuando vender su producto.

Varios de los personajes centrales de esta serie (Volkswagen, Valeant, HSBC) parecen decirnos, parafraseando a Woody Allen, que el dinero sólo es bueno cuando es sucio.

Escrito en: dinero, serie, historia, quienes

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