Vuélvete inmune

No a todas las personas nos encanta la idea de vacunarnos y en ocasiones hasta hacemos lo posible para evadirlo. Sí, quizás lleguemos a odiar esta actividad con todo nuestro ser, pero es un avance médico que no podemos ignorar.

Desde que se inventaron las vacunas, el miedo hacia ellas ha existido; ya sea porque “algunos no toleran las agujas” o por “los posibles efectos secundarios”. Sin embargo, es necesario resaltar que estas otorgan inmunidad individual (cuando alguien recibe protección contra una enfermedad a largo plazo o de por vida) y colectiva (cuando una comunidad se vacuna y disminuye el índice de contagiarse de alguna afección).

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la buena higiene, el saneamiento y el agua salubre son insuficientes para detener las enfermedades infecciosas, por lo que la vacunación sigue siendo necesaria. Sin ella, padecimientos como la tos ferina, la poliomielitis o el sarampión pueden reaparecer rápidamente.

Confía en su poder

Las vacunas interaccionan con el sistema inmunitario y producen una respuesta similar a la generada por las infecciones naturales, pero sin causar enfermedad ni poner a la persona inmunizada en riesgo de sufrir posibles complicaciones.

De acuerdo con la OMS, este método es 100 por ciento seguro, debido a que todas las vacunas son sometidas a pruebas rigurosas y una vez comercializadas, continúan en evaluación para detectar los efectos adversos que pueden tener.

La Organización dice que las personas que no estén vacunadas pueden tener complicaciones en su salud porque se exponen a contraer una afección grave; la disfunción cognitiva por Haemophilus Influenzae, parálisis por poliomielitis, defectos congénitos por rubéola, cáncer hepático por hepatitis B o muerte, encefalitis y ceguera por sarampión, son los más casos más sonados.

Vacunarse trae múltiples beneficios para la salud, su función hace que disminuyan los riesgos que pueden ocasionar algunas enfermedades. Este avance médico supera largamente la contingencia y sin él existirían muchos casos de enfermedad o muerte en la actualidad.

En un mundo tan conectado como en el que nos desenvolvemos, las enfermedades pueden cruzar fácilmente las fronteras geográficas e infectar a cualquiera que no esté protegido. De esta manera, por ejemplo, se han producido brotes de sarampión en población no vacunadas de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Federación de Rusia, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido, Serbia, Suiza y Tayikistán.

El momento exacto

Sin duda, la infancia es la etapa más importante del ser humano, por lo que es fundamental que los niños se vacunen en esta época. Según la OMS, la administración de varias vacunas al mismo tiempo no tiene efectos negativos en el sistema inmunitario del niño, en ocasiones solo surge dolor en el lugar de la inyección o fiebre.

Los menores están expuestos diariamente a cientos de sustancias ajenas que desencadenan respuestas inmunitarias. El simple acto de comer introduce nuevos antígenos en el organismo, y son numerosas las bacterias que viven en la boca y la nariz; por lo que están expuestos a más antígenos en un resfriado común o una faringitis que cuando son vacunados.

La principal ventaja de administrar varias vacunas al mismo tiempo es la necesidad de menos consultas, que ahorra tiempo y dinero. Además, cuando es posible una vacunación combinada (por ejemplo, contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) reduce el número de inyecciones y las molestias para el niño.

En 1998, un estudio que se publicó en una revista científica planteó la posible relación entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y el autismo, pero con el paso del tiempo se demostró que era esa información era falsa, por lo que tuvieron que retirar la publicación. Desafortunadamente, aquella publicación creó un estado de pánico que produjo una disminución de las tasas de inmunización y brotes de esas enfermedades. Al día de hoy no existe una prueba que relacione la vacuna triple vírica y el autismo.

Más allá del miedo hacia una inyección o la desinformación, vacunarse es la mejor herramienta para prevenir algunas enfermedades infecciosas y es una de las medidas de salud pública que más vida ha salvado a lo largo de la historia.