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AMLO en Televisa

SERGIO AGUAYO

SERGIO AGUAYO

El jueves pasado estuvo Andrés Manuel López Obrador en Televisa. El trato que recibió y lo que explicó, coparon la agenda electoral del fin de semana.

Moderó Leopoldo Gómez, vicepresidente de Noticieros Televisa. Durante casi hora y media lo interrogaron cinco analistas con programas en la televisora (Carlos Loret de Mola, Joaquín López-Dóriga, Denise Maerker, Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckermann) y René Delgado de Reforma. Para algunos fue la capitulación de la orgullosa televisora ante el puntero en las encuestas presidenciales. Es más preciso hablar de que Televisa está haciendo un esfuerzo por reubicarse en el tablero nacional.

Fue evidente que los siete habían acordado evitar agresividades innecesarias. Cada uno a su manera, le hicieron preguntas duras e incisivas pero sin mala leche; además, dejaron al candidato explayarse con su pausado ritmo. Julio Hernández López, de La Jornada, lo definió como que iban a pegar sin contrapuntear. Contrastó con el debate o con el ejercicio similar que tuvo en Milenio.

Sin interrupciones ni acosos, López Obrador desplegó su versión más conciliadora. Evitó las muecas de menosprecio, enojo e incomodidad que lo lastraron en el debate. Propositivo, explicó con mayor claridad de la habitual lo que piensa hacer. En una columna posterior, uno de los presentes, Raymundo Riva Palacio, calificó el evento como una "noche de revelaciones" durante la cuál López Obrador "se alejó completamente de los estereotipos en donde lo tienen encasillado".

El candidato también mostró sus rasgos menos gratos. Resbalaba o ignoraba, socarrón, las preguntas incómodas. Repitió tesis discutibles como su creencia de que bastarán el ejemplo y la voluntad del presidente para acabar con la corrupción. Sacó a relucir su escasa disposición a la autocrítica, aunque destacaron las disculpas públicas que extendió a Joaquín López-Doriga por haberle alzado la voz.

Era un programa especial porque la audiencia también evaluaba a una televisora conocida por su actitud anti-AMLO. Puede decirse que esa noche se quitó el uniforme de "soldado del PRI". Desertó y se bajó del desvencijado trasatlántico y demostró, de pasada, que el Peñanietismo también fracasó en su costoso intento de controlar a los medios. Hubo un detalle revelador de esta emancipación; cuando Leo Zuckerman tuvo un arrebato de indignación contra la corrupción, e incluyó entre sus ejemplos a la Estafa Maestra y a ¡la Casa Blanca! manchas indelebles de este régimen.

Por el momento en que se dio, Televisa rompió con el intento del sector que convocaba a una yihad empresarial contra López Obrador. Fue importante que le quitara el veto al tabasqueño y éste seguramente corresponderá quitando a la televisora de la lista, cada vez más magra, de quienes integran la "mafia del poder".

Otro posible factor sería el deseo de Televisa de reconciliarse con las redes sociales, que en esta elección han roto la barrera entre el círculo rojo y verde y han sometido a un escrutinio severísimo a personas e instituciones. Un acercamiento indispensable para mejorar su situación en un negocio cada vez más competido.

¿Cuál será el impacto de este programa? Proceso hizo un seguimiento de las reacciones y confirmó lo esperable: los "críticos de López Obrador y que apoyaron a otros candidatos cuestionaron las 'tibias' preguntas del programa Tercer Grado y la mayoría de los simpatizantes del candidato de Morena afirmaron que salió avante en el reto". Es más difícil de estimar el efecto sobre el voto indeciso o variable.

Al terminar esta columna no estaba disponible el índice de audiencia que tuvo el programa; interesó tanto, que después del programa ya había sido reproducido casi tres millones de veces en la página de la televisora. Según Alejandro Moreno los "cambiantes" -esos que pueden modificar su voto hasta el último momento- suman 40% del electorado. ¿Cuántos de esos indecisos se habrán visto influidos por el programa? Lo sabremos en la próxima batería de encuestas.

Una campaña electoral se va tejiendo con una incontable cantidad de decisiones individuales e institucionales. Algunas son más importantes que otras. La presencia de López Obrador en Televisa fue un hito de la campaña y una señal de que se resquebraja uno de los pilares más emblemáticos del viejo régimen. ¡Ya era hora!

Twitter: @sergioaguayo

Colaboró Mónica Gabriela

Maldonado Díaz.

Escrito en: SERGIO AGUAYO López, Obrador, Televisa, televisora

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