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Contrastan las fibras urbanas y rurales

Contrastan las fibras urbanas y rurales

Contrastan las fibras urbanas y rurales

MARA GÜERECA

En septiembre de 2016 los artistas Christian Jesús Castro y Karen Covarrubias presentaron el proyecto ‘Fibras de la memoria’. Más que una exposición fue un experimento en el que tomaron residuos naturales, especialmente papel, para crear soportes que más adelante serían intervenidos y transformados en una obra de arte.

Este año la idea llegó más allá, involucrando a la sociedad, ahora con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) y bajo el título de ‘Recuperación de memorias urbano-rural de lo cotidiano a lo imaginario’.

Los jóvenes recién concluyeron la primera parte del proyecto ‘Recuperación de memorias urbano-rural. De lo cotidiano a lo imaginario’, un taller práctico de reciclado de papel y artes gráficas dirigido a niños y jóvenes de entre los 8 y 18 años de edad.

“Los dos teníamos una inquietud de experimentar nuestro proyecto de reciclado, pero a partir también de los diferentes entornos del estado, tenemos una diversidad muy grande y nos interesaba contrastar las fibras que hay en el sector urbano y en el rural, queríamos experimentarlo a través de la mirada de los niños y jóvenes y se dio la oportunidad de meter el proyecto al PACMyC”, explicó Karen en entrevista para este medio.

LA DINÁMICA

Fueron tres semanas de trabajo divididas en tres bloques de tres días cada uno.

En la primera etapa se centraron en el reciclaje de papel como proceso creativo y colectivo.

“Fue experimentar con la elaboración del papel reciclándolo y que tuvieran una cercanía con las fibras que tenían en su entorno y les pedimos que recolectaran de sus casas y jardines fibras que ellos pensaran que se podían reciclar en el taller”, comentó Karen.

La segunda etapa se hizo una intervención gráfica sobre el papel artesanal donde se aprendió a preparar pigmentos naturales con café y verduras como el betabel, la zanahoria y espinacas.

La última etapa fue del 3 al 5 de mayo, donde profundizaron en la experimentación integral. Todas en conjunto dieron paso a un interesante proceso artístico e interno que permitió a los talleristas autodescubrirse y liberar el pasado.

“La etapa fue muy profunda en ese sentido porque exploramos con autorretratos, algo bien difícil pues es proyectarse uno en una pieza, entonces descubrimos en algunos como esa apertura de decir ‘yo soy esto’ y empezar a descubrirse a través de un lenguaje plástico que fue muy interesante. El proceso de reciclado de papel fue un proceso de depuración donde los niños llevaban los dibujos que habían hecho hace mucho, los hacían trocitos, llevaban cosas de su vida que sabían que ya no necesitaban y que estaban listos para dejarlo ir y lo llevaron para reciclar”, dijo Karen.

“Para ellos era un juego y realmente lo es, los adentra a los procesos plásticos y creativos y reciclados al mismo tiempo, eran varias cosas englobadas que a los niños es más fácil digerirlas”, agregó Christian.

El taller continuará en próximas fechas con la segunda etapa, en esta ocasión se desarrollará en la sierra con fecha por definir.

Escrito en: papel, etapa, niños, fibras

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