Atrapados en una 'falsa libertad'

Pareciera que tienen más libertades pero, en realidad, las nuevas generaciones se enfrentan en la actualidad a múltiples riesgos por la falta de límites y por la presión social que los orilla a tener conductas antes impensables.

En este contexto, sigue bajando la edad de consumo de drogas legales e ilegales, generando problemas individuales, familiares y colectivos que impactan en el entorno social. Esta realidad, que ni autoridades ni sociedad han podido frenar, está latente en prácticamente cualquier zona del país y Durango no es la excepción.

SE ENFRENTAN A MÁS RIESGOS

A decir de la directora general de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) en el país, Carmen Fernández Cáceres, los menores se enfrentan en la actualidad a más riesgos ya que existe una mayor disponibilidad de sustancias ilegales y estas son cada vez más peligrosas.

"El cerebro no se termina de desarrollar hasta los 25 años y nos encontramos en los pacientes que nosotros atendemos en los Centros de Integración Juvenil, que más del 52 por ciento se inició entre 10 y 14 años, algunos de ellos con metanfetaminas", lamentó.

Dijo que los psicólogos y trabajadores sociales de los CIJ se quedan sorprendidos ya que llegan señoras con niños y, cuando se les pide llamar a quien se le dará la atención, responden que es el pequeño que va a su lado.

Aunque Durango no ha llegado a los niveles de consumo en niños y adolescentes que se registran en la frontera y en ciudades más grandes, preocupa que el aumento es sostenido y que la edad de inicio sigue bajando.

"Niños en primaria han consumido marihuana en tres por ciento; no debería haber ningún niño de 10, 11 años que haya consumido. A los 13 años ya los vemos con su primera borrachera. Algunos hacen concursos para ver quién dura más. Peor si se tomaron una metanfetamina. Es un policonsumo muy dañino", expresó.

A través de los CIJ se trabaja en 100 escuelas de la ciudad de Durango (primarias, secundarias y preparatorias) donde se observa que las jóvenes consumen en exceso exponiéndose a riesgos, ya que hay una desinhibición sexual que propicia enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Y, aunque consideró que las autoridades hacen lo que pueden, la entrevistada reconoció que se registra una proliferación de puntos de venta de droga por lo que los esfuerzos aislados no sirven de mucho. Se debe actuar desde las instituciones, las escuelas y el hogar.

PENSAMIENTO CRÍTICO

Ante los riesgos a los que están expuestos los menores, se les deben ofrecer entornos de vida sanos en los que puedan desarrollarse plenamente.

Sin embargo, hoy la violencia está presente tanto al interior como al exterior de los hogares y muchos menores viven en contextos familiares violentos o sin la protección, ausencia o negligencia de los padres.

Idealmente, a decir de la directora general de los CIJ, se debe enseñar a niños y jóvenes a cuestionar lo que se les dice. "Tenemos hoy en día una sociedad no teledirigida sino tecnodirigida. Creen todo lo que ven en internet y se enteran más que lo que les digan en la escuela. Los que ofertan droga a veces le atribuyen hasta medidas curativas para venderles y se lo creen", explicó.

Ante ello, se les debe enseñar a tener un pensamiento crítico y asertivo para poderse negar frente a la presión social que en la adolescencia es muy fuerte para consumir alcohol y drogas. "Les dicen que se atrevan y que pueden hacer con su cuerpo lo que quieran".

"Están creciendo en un mundo donde parecieran ser muy libres, pero están atrapados en esa libertad porque los obligan a probar de todo en esta presión social", enfatizó.

La corteza prefrontal se va atrofiando con el consumo de alcohol y drogas, sobre todo el cristal, lo que genera en niños y jóvenes problemas con la memoria y el aprendizaje, además de envejecimiento prematuro; se vuelven más irritables y violentos, son los "niños problema" que la sociedad no quiere ver pero que ahí están a falta de acciones preventivas efectivas.

Cada vez más pequeños

La sociedad es completamente distinta a la que era hace 20 años y eso obliga a los padres a tener más información sobre la forma en la que deben actuar, comentó la directora de CIJ Durango, Ericka Kristtel Márquez Soto, quien refirió que la edad de inicio del consumo en el estado preocupa porque sigue bajando.

“Hoy por hoy en Durango tenemos de 10 a 14 años la edad de inicio en más de la mitad de las personas que ingresan a Centros de Integración Juvenil estamos hablando en una preadolescencia, según la Organización Mundial de la Salud, en donde la determinación de las conductas se está dando en estas etapas de la vida”, precisó.

En Durango principalmente se consume alcohol, taba- co y marihuana. Más de la mitad de las personas que solicitan atención en CIJ son preadolescentes de 10 a 14 años. Informó que cada año son atendidos entre 700 y 900 pacientes en el estado, incluyendo la familia, porque sin su participación no se puede asegurar un egreso con expectativas positivas.

De acuerdo a la estadística, cuatro de cada 10 jóvenes han probado alguna vez en la vida una sustancia ilegal.