La sierra madre occidental, en Durango, es el recinto que resguarda los saltos del río Piaxtla, un lugar ideal para acampar y vivir una aventura en medio de la naturaleza, un paisaje que te envuelve en un misticismo creado por tribus y grupos indígenas que habitaron el lugar hace años, grupos fieros que practicaban el canibalismo, motivo por el cual tras la llegada de los españoles fueron vistos con horror.
Las paredes de esta gran quebrada del Piaxtla son de muy difícil acceso, parece casi imposible que los acaxees, xiximes y humes encontraran su hogar en las cuevas de esta región.
Por sus características de gran profundidad durante muchos años este gran salto del Piaxtla fue llamado "la quebrada del diablo".
Esta región ubicada en el municipio de San Dimas te brinda condiciones ideales para un paseo totalmente extremo, Walter Bishop, especialista en turismo da su punto de vista de la región: "Son varias las disciplinas que se pueden practicar en la quebrada y todas son extremas.
"Las condiciones agrestes del terreno lo exigen. Tengamos en cuenta que lo más importante es su belleza: sus bosques, las formas caprichosas del terreno, las grandes paredes de piedra verticales de más de 300 metros y la vista hacia el horizonte".
El Piaxtla también posee hermosas cascadas, una de ellas está dentro de las más altas de nuestro país con 230 metros, las otras alcanzan de 20 a 100 metros en promedio. La altura de esta región combinada con la claridad de del cielo han hecho que algunos turistas afirmen que es posible ver hasta el océano Pacífico.
Senderismo y campismo
El acceso a la quebrada se realiza únicamente a pie, los burros son una buena ayuda en el camino pero si nuestro deseo es descender por los estrechos caminos o por las paredes de los saltos, el animal no tendrá cabida. En la cúspide, justo por el filo de la quebrada, el panorama es impresionante.
Hay pocos guías que se atreven a explorar los senderos profundos, don Esteban Quintero, guía por excelencia de Aventura Pantera, es uno de ellos. Ha acompañado a muchos expertos del turismo de aventura, contactarlo es una buena alternativa.
Los pueblos de Miravalles y Potrero de la Vaca se encuentran en esta región dividida por el Piaxtla.
Este río atraviesa Durango y Sinaloa para encontrar salida en el Pacífico, no sin antes enmarañarse en las profundidades de la quebrada en la que muchos no han encontrado fin. Por muy osado que seas no vayas sin un guía experimentado, ya que el descenso puede ser peligroso.
Bishop asegura que existen otras atracciones en esta zona y nos cuenta un pequeño episodio de sus experiencias en esta quebrada y que puedes vivir tú de igual forma:
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"Ya tarde y bien cansados bajamos más de mil metros por una vereda llena de piedras hasta la hacienda minera de El Pilar que según dicen pertenecía al Conde de Súchil.
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"De la hacienda todavía se pueden ver los restos de sus edificios tipo colonia de principios de la época porfirista. Su iglesia, bien conservada, resguarda la imagen de la Virgen de la Candelaria, muy venerada en toda la zona.
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"No quisimos acampar aquí pues está de susto el ambiente y cruzamos el arroyo para quedarnos al inicio de una camino real, aún bien empedrado por donde sacaban la plata del mineral de Gavilanes rumbo a Durango en esos tiempos ya muy lejanos".
La empresa Aventura Pantera programa un recorrido de cuatro días que te puede interesar, es un recorrido que fue inaugurado en el 2000 por turistas alemanes.
Prepárate bien para montar tu campamento en un punto que te permita gozar de las bondades de esta zona, no olvides llevar comida suficiente y los instrumentos obligados de exploración; un machete es muy útil para abrirte camino entre el terreno virgen que no conoce los pasos del ser humano.