
Caso Carlos Emilio: ¿Existen túneles secretos debajo de la Terraza Valentino?
La desaparición de Carlos Emilio, joven duranguense visto por última vez el domingo 5 de octubre dentro de la Terraza Valentino, en Mazatlán, ha derivado en una ola de versiones, teorías y sospechas que no cesan.
Ahora, una de las hipótesis más comentadas en redes y grupos locales apunta hacia un elemento casi legendario del puerto: los supuestos túneles ocultos bajo el Valentino, ese icónico complejo nocturno que por décadas ha sido símbolo del malecón mazatleco.

Rumores, testimonios y una búsqueda sin descanso
De acuerdo con las versiones que circulan entre vecinos y usuarios, Carlos Emilio habría sido sacado o escondido a través de pasadizos subterráneos, aunque esta línea no ha sido confirmada por las autoridades.
El misterio cobró fuerza en redes sociales, donde incluso algunos antiguos trabajadores del sitio aseguran que en su interior existen sótanos y pasillos que conectan con zonas de servicio, alimentando la idea de que el inmueble podría tener estructuras no visibles desde el exterior.
Mientras tanto, los familiares del joven y colectivos ciudadanos mantienen la exigencia de que se agoten todas las líneas de investigación, incluidas las relacionadas con el interior del establecimiento.
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Lo que se sabe oficialmente
Tanto las autoridades de Sinaloa como de Durango confirmaron que mantienen colaboración directa para la búsqueda de Carlos Emilio.
Por su parte, la Terraza Valentino aseguró en un comunicado que ha cooperado plenamente con las autoridades y que ningún empleado ha sido señalado o detenido.
A su vez, la Canirac Mazatlán emitió este martes un posicionamiento en el que expresa su solidaridad con la familia y llama a no difundir versiones sin sustento hasta que las investigaciones oficiales determinen lo ocurrido.
El mito de los túneles bajo Valentino
Desde hace años, entre los mazatlecos circulan historias sobre la existencia de túneles, sótanos y pasadizos bajo el complejo Valentino’s, construido a mediados de los años ochenta y remodelado en distintas etapas.
Algunos de esos relatos señalan que las estructuras subterráneas fueron diseñadas originalmente para servicio y almacenamiento, pero con el paso del tiempo se transformaron en leyenda urbana, asociada a fiestas clandestinas, pasadizos al mar o zonas restringidas que pocos han visto.
En los últimos días, han surgido supuestos testimonios anónimos que vinculan la existencia de estos túneles con actividades ilícitas, como el traslado de personas privadas de la libertad, o incluso con casos de trata o reclutamiento forzado por parte del crimen organizado.
Sin embargo, ninguna autoridad ha confirmado la presencia de esas estructuras ni su uso con fines delictivos, por lo que hasta el momento estas versiones permanecen en el terreno de la especulación.
Aunque nada de esto ha sido corroborado oficialmente, el mito ha resurgido con fuerza tras la desaparición de Carlos Emilio, convirtiendo la historia en un símbolo del misterio que rodea el caso.
Entre el mito y la exigencia de justicia
En Durango, la presión social crece. Familiares, amigos y ciudadanos realizaron una marcha este fin de semana para exigir que las autoridades intensifiquen la búsqueda y den con el paradero del joven.
Mientras las investigaciones continúan, las redes se llenan de preguntas, rumores y esperanzas, reflejando una mezcla de temor, frustración y deseo de respuestas.
El caso de Carlos Emilio sigue abierto, y junto a él, una incógnita que vuelve a despertar la imaginación colectiva de Mazatlán:
¿Qué hay realmente debajo del Valentino?